Santiago es una ciudad atrapada entre montañas y edificios.
Un mar de cemento con pequeñas islas verdes que emergen entre sus calles.
Son los cerros isla, fragmentos de naturaleza que han resistido la expansión urbana.
Refugios que, aunque muchas veces pasan desapercibidos, guardan historias, biodiversidad y un respiro para quienes buscan escapar sin salir de la ciudad.
Son guardianes del paisaje, testigos de nuestra historia y aliados invisibles contra el cambio climático.
En verano, ayudan a regular la temperatura, absorbiendo el calor que el concreto amplifica.
Son el hogar de aves, reptiles y flora nativa, manteniendo la vida en medio de la ciudad.
Y aunque a veces parezcan olvidados, cada vez más personas los redescubren, caminando por sus senderos y apreciando su inmenso valor.
En Santiago hay 26 cerros isla, algunos convertidos en parques urbanos, otros aún esperando su oportunidad de ser protegidos.
¿Quieres explorarlos? Aquí te dejamos cinco imperdibles.

Cerro San Cristobal
El más icónico. Su cumbre ofrece una de las mejores vistas de la ciudad y en sus laderas alberga senderos, el Zoológico Nacional y el Parque Metropolitano.
Un clásico del outdoor santiaguino.
Puedes subir usando el funicular, bajar por el teleférico o quizás hacerlo caminando, en bicicleta o corriendo por sus senderos de trail running.
Cerro Huelén – Cerro Santa Lucía
Un cerro pequeño pero cargado de historia.
Aquí se fundó Santiago en 1541.
Sus jardines, fuentes y miradores lo convierten en un rincón ideal para una pausa en el centro de la ciudad.
El mirador mas alto en la torre es un clásico para empezar a entender Santiago y su geografía.
Cerro Renca
Uno de los más altos y menos explorados. Desde su cima, la vista abarca toda la ciudad y la Cordillera de los Andes. También es un punto clave para la observación de aves y biodiversidad.
Cerro Chena
Ubicado en San Bernardo, es un sitio sagrado para los pueblos originarios y un espacio de conservación natural.
Hoy se trabaja en convertirlo en un gran parque urbano.
Cerro Calán
En Las Condes, este cerro alberga un observatorio astronómico y se ha transformado en un parque natural urbano.
Es un lugar ideal para caminatas cortas y vistas panorámicas sin salir del sector oriente de Santiago.

Más que miradores: los cerros isla como refugios climáticos
En un Santiago donde el calor urbano sigue en aumento, estos cerros son islas de frescura.
Su vegetación ayuda a reducir la temperatura, absorbe contaminación y aporta humedad al ambiente.
Además, sus suelos permiten infiltrar agua de lluvia, ayudando a evitar inundaciones en la ciudad.
Pero no solo benefician al clima.
También son refugios para la biodiversidad, albergando especies que han desaparecido de otras áreas urbanas.
Y para los seres humanos, son espacios de desconexión, salud mental y deporte.
El problema: muchos están degradados, sin protección clara y amenazados por la expansión inmobiliaria.

¿Cómo explorarlos y protegerlos?
• Respetar los senderos y evitar erosionar el suelo.
• No dejar basura.
• Evitar llevar mascotas sin control, ya que afectan la fauna nativa.
• Apoyar iniciativas de conservación, como la Fundación Cerros Isla.
Santiago podría triplicar sus áreas verdes si estos cerros fueran protegidos y convertidos en parques urbanos.
Hoy, algunos ya lo son.
Otros esperan su oportunidad.
Descúbrelos, recórrelos y ayúdalos a mantenerse vivos.
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